La Economía en un campo de prisioneros
Richard Attenborough y Steve McQueen como Bartlett y Hilts en La Gran Evasión (1963), de John Sturges.
Nosotros también nos asomaremos (sin temor) a algunos de los fundamentos de la Economía.
La crisis financiera internacional que sufrimos desde finales de 2007 ha hecho que muchas personas se planteen la necesidad de reformar completamente nuestro “sistema económico”, buscando alternativas a los mercados financieros e incluso pidiendo, en las propuestas más atrevidas o radicales, que demos la espalda al dinero, algo que vemos reflejado en el auge de mercados de trueque y bancos de tiempo, promovidos por los movimientos “altermundistas” (otro mundo es posible).
Sin embargo, la historia del dinero es tan antigua como la historia de la civilización, y desde los tiempos más remotos el hombre ha recurrido a algún medio de pago (y medida de valor) para hacer más eficientes las siempre necesarias transacciones comerciales.
¿Qué pasaría si pudiéramos hacer un experimento ("sociológico", como los de la tele), con una pequeña comunidad aislada, en la que no existiera ni fuera necesario el dinero, y en la que todos sus miembros tuvieran las necesidades básicas cubiertas de la misma forma, y recibieran exactamente los mismos bienes?
Se puede decir que este experimento ya se hizo, aunque de forma involuntaria, en los campos de prisioneros de guerra aliados durante la segunda guerra mundial, y como habrán podido deducir del título de esta entrada, el resultado fue que pronto se inventó una moneda, pero no solo eso, sino que también se desarrollaron tanto el comercio como una compleja estructura económica.